Es fácil elegir un buen album de los Motörhead. Lo mismo podría haber puesto "Bomber" que "Overkill", "Sacrifice" o "Inferno" y escribiría exactamente las mismas palabras: Nunca han dado basura.
La filosofía killer del combo de Lemmy Kilminster, que es llevada a cabo en cada disco y gira de la banda desde sus origenes, y la infalibilidad de su propuesta, les ha mantenido el culo a salvo durante todos estos años. Para ser un grupo que se ha movido siempre por el filo de la navaja, tienen el oficio de los viejos rockers tipo Chuck Berry, saliendo a hacer su trabajo cada noche con una convicción total.
Todo en Motörhead me gusta: las canciones, la estética, las portadas...si, soy un puto fan rendido a estos cafres y estoy irremediablemente perdido cuando los speakers truenan con su música.
Mientras me cepillo una Becks fresquita y escucho "The chase is better than the catch" me doy cuenta de que esta banda morirá joven.
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