Qué debut tan enorme... "One, Two...One! Two! Threeeeee!" ...y a continuación una estampida de rock juvenil, una exhalación de pop virtuoso, The Kinks despegando con un reactor a propulsión pegado en el culo, auténtico y genuino pop británico, del bueno, del esencial e inimitable. Cuando pinché el disco por primera vez no me lo podía creer, para mi fue algo así como descubrir de nuevo a The Jam, tan jodidamente excitante y sublime que casi lloré de emoción. Y es que señores, uno se queda atónito con los tres pildorazos iniciales ("I´d like to know", "Caught by the fuzz" y "Mansize rooster") para finalmente sucumbir sin remedio al siguiente corte, el himno generacional "Alright". Decididamente diferentes a cualquier grupo coetáneo, fueron de los pocos que afortunadamente no se prestaron al exceso de hedonismo imperante en las filas del "Brit-pop" (si bien no tengo absolutamente nada en contra de la chulería y de los excesos de los enormes Oasis de los primeros tiempos), a veces un hedonismo totalmente vacuo con el que era difícil conectar, caso de los Menswear, de los que ya nadie se acuerda.
Dada la juventud del trío en aquellos momentos, es sorprendente la calidad de las canciones, los arreglos, los estribillos, las inflexiones, en fin, todo aquello que le da brío a una banda de rock. No solo nos dejaron cortes vitaminados a full-power en "I should Coco", también canciones como "Sofa (Of my lethargy)", "Time" o "She's so loose" dejando las puertas abiertas y oxigenando el apartamento. A dia de hoy, sigo escuchando este disco y francamente alucino con toda esta intuición y brillantez. Realmente cada canción es un hit por si misma, y suficientemente diferentes entre ellas para no amalgamarse, y al mismo tiempo están marcadas a fuego con el sello personal de la banda, una suerte de inmediatez y ambición conmovedoras, optimistas. De verdad que discos como este hacen el mundo mejor y más bonito, simplemente.
El "Coco" del título hace referencia al Cafe Coco, sito en la ciudad natal de los Supergrass, la britannísima Oxford. Junto con Radiohead y Ride, son sus hijos más celebrados que yo sepa, pocos pero escogidos (aunque yo ya a los Radiohead los entiendo menos, incluidos los tembleques y espasmos rítmicos que se coge ahora Thom Yorke con la cabeza cada vez que canta, o el baile de "Lotus Flower".... ay ay ay, a ver si ya está en fase terminal del todo vale...). En fin, desde Warehouse Of Rock queremos dar las gracias yo y yo mismo, que somos todos los integrantes de la plantilla, a esta banda por pergeñar una cosa tan elevada, mientras seguimos esperando al próximo Búfalo Blanco que reviva esa cosita que se expande con algarabía por todo el ser cuando la aguja cae sobre "In the City" o "Another Music In A Different Kitchen". O por supuesto "I should Coco". Besos a todo el mundo!