sábado, 12 de diciembre de 2009

The Buzzcocks - Singles Goin´ Steady

He aquí a una banda de verdad. Únicos, inimitables, lo suficientemente fugaces para haber evitado arder hasta consumirse, y al mismo tiempo lo suficientemente duraderos para haber creado algunas de las mejores canciones que mis oidos han tenido el privilegio de escuchar. The Buzzcocks, el pequeño grupo de rock´n´roll cuya imagen decoró durante un tiempo la cabecera de este blog, habitan en mi corazón desde el mismo momento en que me topé con “Ever fallen in love”... justo lo que quería escuchar, lo único capaz de calmar mi ansia adolescente de emociones puras en el filo de la navaja. Arrebato visceral y sentido, al final la canción se evapora en el aire tras una tormenta de emociones eléctricas... dios, que grandes.

Claramente por encima de etiquetas, esta banda ha dejado un puñado de canciones tan buenas como se puedan escribir, o al menos es la apreciación personal que tengo sobre los de Manchester. No se, siempre he sentido debilidad por bandas como los Buzzcocks, capaces de hacer ese tipo de aquitectura sencilla pero impactante, que te toca dentro de esa manera diferente, algo que ninguna gran estrella de la música puede conseguir.

Como leí una vez en alguna revista, esta es una de esas escasas recopilaciones con entidad propia. Me apropio de esta afirmación porque da en la diana de manera certera y al primer intento: en ningún momento te da la sensación de escuchar refritos, grandes éxitos o inconexos momentos estelares, el artefacto sobrevive fresco como una lechuga a través de los años. Inútil resaltar canciones por encima de otras, a esto hay que ponerle la aguja encima y punto.

Randy Newman "12 Songs"

Tengo la frustración de no haber compuesto el himno nacional de Albania: un país con más cabras que personas me hubiera inspirado una obra maestra”. Randy Newman dixit, genio y figurón inclasificable, incorruptible, incorrupto, incandescente. Las revistas musicales llenan páginas con el nuevo hype de turno mientras este hombrecillo navega desde hace décadas a través de la más pura ignorancia mediática... ninguna novedad, desgraciadamente. Otras luminarias del digamos underground han sufrido antes esta situación, pero puede que el señor Newman hasta la haya disfrutado.

¿Quién demonios es Randy Newman? Desde luego, no un cualquiera. No es Leonard Cohen, pero es mucho más divertido sin ser insustancial... no es Warren Zevon ni J. J. Cale pero se llevaría de puta madre con ellos... veamos... tampoco es Bob Dylan, pero a cambio está a salvo de falsos adoradores y gacetilleros sin que ello le impida componer monumentos a la música y a la palabra. Ya de coña, podríamos decir que no es Axl Rose, con lo cual no ha tenido que cambiarse de vestuario durante “Civil War”, pero está igual de chiflado!. Randy Newman es, pues, Randy Newman.

Este "12 songs" es tan bueno como al menos otros 4 discos de su discografía, en esta ocasión armado en torno a tres elementos básicos: su voz, su piano, y la guitarra de Ry Cooder. El título no engaña, y las doce piezas van yendo y viniendo como el que no quiere la cosa, una detrás de otra, algunas duran un suspiro, otras no, lo mismo la emprende con un blues que te deja literalmente pasmado y absorto con su versión de "Underneath the Harlem Moon". Y luego, aparte, las letras, que se merecerían un solo post... por favor que músico más grande.
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jueves, 3 de diciembre de 2009

Herbie Hancock - Maiden Voyage

Maiden Voyage” es bello, es bonito... es un disco hermoso. Llegué a Herbie Hancock porque leí en algún lado que estaba muy influido por Bill Evans, uno de los contados jazzmen que llevo escuchando con cierta asiduidad desde digamos siempre. Este asunto me hace reflexionar sobre el hecho de que muchas veces uno descubre verdaderas maravillas por el simple hecho de ser curioso durante un minuto de su vida, o por tomarse la molestia de seguir una intuición.

Casi todos los discos del jazz moderno son de alguna forma “conceptuales”, bien de manera inconsciente porque los autores le estén dando vueltas a una idea, o bien de manera totalmente premeditada. El quinteto de Herbie despliega una premeditación inconsciente a la que resulta muy difícil resistirse, encima los señores tocan como los ángeles y todo el asunto raya en la perfección: los tempos, los cambios, los solos, las texturas y los timbres, el feeling, todo acojonante, con el océano y el mar abierto de fondo e inspiración, un viaje por el líquido elemento en sus versiones de calma y tempestad.

Tengo esta grabación en la categoría de aquellas que me gustan más cada vez que las escucho, como esos discos de J. J. Cale... en fin, ya me entendéis. Supongo que es por su equilibrio entre un jazz lírico y "accesible" y los recovecos del hard bop, como ninguno predomina siempre suena fresco y con toneladas de matices. Vaya discazo que se sacaron de la manga estos granujas.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

John Coltrane - Blue Train

La historia del jazz tumba por si sola cualquier teoría acerca de la superioridad racial blanca, y la discografía de John Coltrane en particular es una de las pruebas definitivas. El tipo tenia tanto jazz en las venas que hay que ir tomando su música en dosis, despacio, poco a poco, de lo contrario se corre el riesgo de quedar sobrepasado por el artista. Eso si, una vez que el veneno está inoculado, la adicción al señor Trane no tiene vuelta atrás sino escape hacia adelante, directo a consumir avidamente todo lo que dejó grabado este buen hombre.

Autor de INCUESTIONABLES obras capitales de la música como “Giant steps”, “A love supreme” y éste “Blue train”, John Coltrane es un fascinante sujeto que vivió en primera persona el nacimiento del jazz moderno y el reinado del bebop, mientras iba armando junto a otros compañeros de generación un lenguaje musical tan contundente como avanzado, profundo y absolutamente genial, el hard bop, para acabar construyendo su propio e inimitable mundo sonoro. Moderno en todo momento sin necesidad de tocar 200 notas y 50 florituras disonantes por segundo, al máximo de musicalidad y expresión.

Bien, no se si a los que soléis pasar por aquí os llama la atención todo este asunto, yo fui cayendo poco a poco, un año con dos o tres discos, otro con uno y otro con ninguno, no tengo más de 70 discos de este estilo... pero vaya si me gusta. Coño, es que es un verdadero placer coger un buen vinilo de jazz y ponerle la aguja encima... escuchar como el aire se inunda de música, como se impone en cada nota esa clase descomunal, por no hablar de la pasmante destreza instrumental. “Blue train”... qué grande. Joder, qué grande, desde el puto primer segundo con ese inmortal tema de introducción. El éxtasis.

martes, 1 de diciembre de 2009

Bill Evans Trio - Waltz For Debby


Junto a Bud Powell y Herbie Hancock, mi pianista preferido. La vertiente blanca del jazz, su componente europeo, aflora con claridad en las teclas de Bill Evans, y a pesar de sus ritmos bastantes complejos es acojonante lo bonita y fluida que es la música del primer trio realmente sólido e innovador del jazz. Con Davis grabó el capital "Kind of blue", donde hizo un trabajo impecable junto al astuto trompetista.

Grabado en vivo durante el último día de contrato con el club Village Vanguard de New York, "Waltz for Debby" es uno de esos clásicos de toda la vida, por encima del bien y del mal, un espejo donde se han mirado varias generaciones de músicos y seguro que lo seguirán haciendo. La recreación del tema "Milestones" es un jodido hit, los cabrones se salen.

Este trio mágico, se desharía solo diez días después de este show por culpa de un hachazo del destino: el contrabajista de 25 años Scott La Faro fallecía a causa de un accidente de automóvil, dando al traste con una carrera que prometía cotas de gran altura. Evans, impactado emocionalmente, no encontró nunca un sustituto a la altura del finado aunque antes de su propia desaparición (a causa de la adicción a la heroína y la cocaína) dejo tremendas obras para piano solo, como "Conversations With Myself", de obligada escucha.
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